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La nueva pobreza en Barcelona El Periódico, 16.12.2010

ROSA MARI SANZ, Con techo, sin casa. La nueva pobreza en Barcelona

Más de 25.000 usuarios de Cáritas viven en habitaciones o con allegados

Paradójicamente en el 2010, el que es el Año Europeo de Lucha contra la Pobreza, no se ha reducido un ápice la exclusión social, es más, las entidades del sector constatan día a día la cronificación de muchas situaciones y la aparición de nuevos afectados que llaman a sus puertas al no poder cubrir las necesidades básicas, principalmente, la vivienda. Cáritas de Barcelona alerta de una situación que se está agravando: la falta de un hogar. Del 1 de enero al 30 de noviembre han atendido a más personas que nunca: 55.000 pobres, casi la mitad de los cuales (el 46%, algo más de 25.000), tienen por techo el de habitaciones realquiladas o el de viviendas de amigos y familiares que les dan cobijo.

Lo más dramático de la situación, subrayó ayer la responsable de gestión social y programas de la entidad católica, Mercè Darnell, es que han aumentado considerablemente las familias atendidas con niños (parejas y monomarentales), que representan la mitad de los usuarios. Entre los menores, se ha detectado déficits alimentarios, de escolarización y de educación. «La mayoría de estas familias viven hacinadas en una habitación, tienen que pagar en algunos casos por ir al lavabo, hacer turnos para utilizar la cocina y no disponen de ningún espacio para que los menores estudien».

LA INFANCIA, PREOCUPANTE / Y si la infancia es una de las mayores preocupaciones que mostró ayer también el director de Cáritas de Barcelona, Jordi Roglà, el creciente colectivo de hombres mayores de 55 años con baja cualificación que se han quedado en el paro y los jóvenes que regresan al hogar familiar al no poder pagar ya un piso propio no les van a la zaga. «El problema de la vivienda ha afectado a la clase media y trabajadora, y el paro impide a muchos ciudadanos pagar un alquiler o un realquiler», afirmó.

En cifras, en el balance de atendidos este año (de momento, un 7% más que en el 2009) se mantiene un aumento de usuarios españoles (un 5% más que el año pasado), que ya representan el 36% de los que acuden a la oenegé. Les siguen barceloneses procedentes de América Central y del Sur (26%) y del Magreb (25%). También ha entrado con fuerza un nuevo colectivo, el de personas sub-saharianas solas, que presentan una especial vulnerabilidad.

Las perspectivas no son precisamente halagüeñas, según Roglà, quien augura un 2011 todavía peor. «La congelación de las pensiones, el aumento del IVA y la desaparición de la prestación de 426 euros afectará negativamente a los más desfavorecidos», explicó. Y entre estos, señaló, muchas personas mayores que ya cobran prestaciones por debajo del umbral de la pobreza.